Vivir frente a la playa es el sueño de muchas personas. Poder abrir la puerta, caminar un par de metros y sentir la arena bajo nuestros pies, o abrir las ventanas e inmediatamente ver el mar suena increíble. Pero muchas veces, y por muy distintas razones, una casa en primera fila no es posible ¿es esto un gran problema? Sigue leyendo y descubre por qué tu próxima casa en la playa cumplirá tus expectativas, incluso si no está en primera fila.

Toda la diversión, a un menor precio
Cuando una propiedad se encuentra en primera fila, es decir, justamente frente al mar, su costo se dispara. Unos metros de diferencia pueden hasta triplicar el costo, en comparación a si decidieras comprar una casa en segunda o tercera fila. Si escoges una casa que no se encuentre en primera fila, todavía tendrás acceso a todas las maravillas de la playa (la brisa agradable, el mar a unos cuantos metros) pero a un precio menos elevado.
Yucatán está en una zona susceptible al paso de los huracanes. Han pasado años desde el último huracán de alta categoría, pero la ciudadanía tiene una fuerte cultura de la prevención y está preparada para tomar acción cuando es necesario. Es importante reconocer que, por su localización y la naturaleza de la trayectoria de un ciclón, las casas de la playa son más vulnerables que las de ciudad. Sin embargo, una casa en tercera fila no recibirá el impacto del viento, la marea y la lluvia de la misma manera que una que está en primera fila.

Una casa en primera fila es más costosa de mantener
Las casas frente al mar son una belleza, pero rápidamente te podrás dar cuenta de lo costoso que puede ser mantenerlas impecables. Las construcciones en las zonas costeras están más expuestas a ciertos factores de la naturaleza, lo que requiere mantenimiento constante. Uno de estos factores es el salitre, depósitos de partículas marinas que se fijan en las superficies de las construcciones; el salitre daña la pintura y los metales, lo que desgasta a las construcciones. Una casa en primera fila está directamente expuesta al viento, la marea y el salitre, por lo que es más difícil de mantener.
Mayor tranquilidad y privacidad
En México, las playas son legal y constitucionalmente públicas. Esto significa que restringir el acceso a la playa que colinda con tu propiedad, ante la ley, representa un acto de discriminación contra la ciudadanía ¿Y esto qué tiene que ver con la ubicación de tu propiedad? Pues, si unos vacacionistas deciden instalarse en la playa frente a tu casa a comer el almuerzo o meterse al mar a sólo unos metros de tu casa, están en todo su derecho. Una casa en segunda o tercera fila puede brindarte una mayor privacidad y tranquilidad, pues no serás interrumpido por otras personas ocupando y disfrutando de los espacios públicos de la playa.
Esperamos que esta breve lista te haya ayudado a conocer las alternativas que ofrecen las casas que no están en primera fila. Con sólo unos metros de diferencia, tu próxima casa en la playa definitivamente puede ser la casa de tus sueños